Huejotzingo, Puebla
Este Majestuoso Convento Fortaleza del S.XVl (1529-1550) bajo la vocación de San Miguel Arcángel. Esta construido en un valle. Su nombre significa “Sauces Pequeños”
El municipio de Huejotzingo se localiza en la parte del centro oeste del estado de Puebla.
En las faldas occidentales de los volcanes Popocatépetl e Iztacihuatl, con un clima templado y saludable.
El 18 de agosto de 1533 fue concedido por Felipe II, Rey de España y firmado en Valladolid por la princesa Juana. La forma de una fortaleza de plata en campo rojo del cual sale una bandera azul con la Cruz de Jerusalén, en oro y una palma de oro; a los lados de la fortaleza dos leones en salto, asidos a ella y una orla con cinco estrellas azules en campo de plata, timbrado con la divisa Carolus Quintus Hispaniarum Rex, inscrita en gira.
Los leones son los blasones de Carlos V que simboliza fuerza, la Ciudad incorporada a la Corona; la Cruz, la evangelización de ultramar, por estar en azul; la palma, triunfo y grandeza; las aspas representan la Cruz Decussata o de San Andrés, usadas por el Ducado de Borgoña; las estrellas son adornos heráldicos.
Por la belleza y armonía de todo el conjunto, de este convento, todos los autores coinciden en que lo planos fueron de Fray Juan de Alameda y el que termino la construcción fue el arquitecto Toribio de Alcázar.
Durante los años de 1544 a 1555 se fabrico la plataforma artificial en la que se desplanta el conjunto religioso, los muros y bardas atriales, los ingresos a este, las Capillas Posas, la portada de “Porciúncula” y la portería al convento.
De 1548 a 1560 se construyo el convento y sus anexos al igual que su portada principal, cuya edificación se inicio por el año de 1550 terminándose hasta el año de 1571.
Por un bello pórtico de tres arcos historiados y después de subir diez escalones de piedra penetramos al amplísimo atrio, construido sobre una plataforma artificial.
La entrada principal rompe la barda que rodea totalmente el atrio y esta coronada por merlones; esta entrada está formada por tres arcos de medio punto y unas esbeltas columnas cada uno de los tres arcos tienen distinta ornamentación.
El primero luce la cardina o sea la vara enlistada cuya representación era normal en las construcciones del S. XVl.
Los arcos están sostenidos por cuatro columnas no se angostan en el fuste; su cuerpo cilíndrico es parejo, cosa poco usual. El capitel y las basas de este se encuentran decoradas con perlas isabelinas.
Las Capillas Posas en sus cuatro ángulos conmueven pues se encuentra uno en un ambiente propicio para la contemplación frente a unas obras de arte arquitectónico genuino.
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Fachada de la Iglesia.
La elegancia de esta fachada totalmente de piedra consiste en su simplicidad y sus proporciones; está dividida en dos niveles y tres ejes verticales.
Una pequeña torre de construcción posterior se levanta en el ángulo suroeste; en el lado opuesto esta la pequeña espadaña del S. XVl formada por un vano de medio punto y en el centro la campana; la cornisa de la espadaña esta rematada por dos extrañas ménsulas invertidas.
Otro detalle es que el cordón franciscano aparece tres veces en una sola portada; a la altura de los capiteles en donde el cordón forma una especie de tablero.
Los Retablos
Están compuestos por sotabanco, banco o predela, columnas, entablamento, calles, nichos y remate.
Los primeros que participaban para su construcción eran los arquitectos y diseñadores del conjunto, luego contribuía un carpintero que construía las columnas y entablamentos, después talladores quienes decoraban las tablas y entablamentos con querubines elementos florales, etc.
Los ensambladores unían esta estructura con piezas de madera al muro de la iglesia. Por ultimo intervenía el dorador o “pintor de oro” quien lijaba las asperezas de la madera, lo cubría con una capa de yeso para cerrar los poros.
Los escultores, tallaban las obras, las bañaban de yeso, las pulían, las lijabas y colocaban sobre ellas fragmentos de lienzos, para dar volumen a las vestimentas.
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